lunes, 3 de agosto de 2009

Lo que más y lo que menos me gustó (y voy terminando!!)

Lo que más me gustó: El Intercambio de Pins y las películas 3D

“Yo volé”- Marce, después de ver Mickey Philarmagic, sobre la alfombra mágica de Aladino.


Ya conté hace algunas entradas como el Conserje del hotel, Patrick, introdujo a Josefina en el intercambio de pins, y, a pesar de darnos cuenta de que es una típica táctica de “el primero te lo regalan, el segundo te lo venden”, nos encantó.

Los pins de Disney son todo un tema, si lo buscan en internet, no van a poder creer a las locuras que se llega cuando un pasatiempo se convierte en fanatismo. Pero, dejando estos extremos de lado, que los chicos intercambiaran unos pocos pins (obviamente Joaco se sumó rápidamente a coleccionar, como la hermana), hizo que hubiera más oportunidades de charlar con empleados de Disney y conocer a varios.

Les compramos a cada uno de los chicos un starter set, con 6 o 7 pins, y con esto fueron intercambiando pins con los empleados de Disney, que fueron desde uno de los Gerentes del hotel, hasta uno de los empleados de Mantenimiento del parque. Este último fue uno de los mejores. Mientras barría el Sector de Frontierland en Magic Kingdom, se le iban acercando algunos chicos, como si regalara chupetines. Tenía algunos pins dados vuelta y otros que sí se veían. Era un hombre bastante mayor, un poco encorvado, de pelo canoso y rostro calmo. Tenía un distintivo prendido a su saco, que decía que se llamaba Sean y era de Ohio. Mientras los chicos fijaban la vista en su tira de pins a la vista, para elegir cual pin le iban a intercambiar, Sean les dijo: “También pueden elegir los pins ocultos, que son los pins sorpresa. Sepan que las sorpresas siempre son buenas”. Jose y Joaco sin dudar eligieron los pins sorpresa, y les tocaron dos pins, nos contó Sean, de edición limitada, uno de ardillas y otro, un fast pass de un juego de la casa de Noruega en Epcot, de los que dijo hay solo 3 o 4. Los chicos salieron fascinados. Después hablamos también con Jake, que estaba en sus días libres con su hijo, y nos contó que hace 20 años que trabaja en Disney y lo que más le gusta de trabajar allá es el intercambio de pins, por la cara de felicidad que encuentra en la gente cuando les intercambia sus pins.

Para empezar a coleccionar pins, les recomiendo e-bay, donde pueden comprar algunos pins por mucho menos de lo que se compran en los parques y después se puede comenzar a intercambiar.
Algo increíble: a Josefina se le cayó un pin en el parque, lo perdió, creemos, en la montaña rusa de Goofy, yo le pedí al empleado del juego si podía buscarlo, y como no lo encontró, en un minuto nos hizo un voucher para que le den el mismo pin gratis. Cuando fuimos a reemplazar el pin perdido con nuestro voucher, conocimos también a una italiana muy divertida, que nos recomendó comprar los seguros para pins. Otra vez, sufrió el bolsilllo, pero por lo menos, no seguimos perdiendo pins por el parque.

También me impresionaron, y no lo esperaba, las películas 3D, tanto la de “It’s tough to be a bug” de Animal Kingdom como “Mickey’s Phillarmagic” de Magic Kingdom son imperdibles de verdad. Hay otras, también muy buenas, pero a mi criterio, estas dos se llevan todos los premios. No voy a contar nada más, porque, como les dijo Sean a los chicos, las sorpresas siempre son buenas.

Lo que no me gustó

Como tengo hasta el hartazgo el cassette del feedback motivacional y el “developmental” o de desarrollo, voy a hacer también algunas críticas, de lo que en particular, no me gustó de Disney.

No me gustó el doble discurso. Sé que EEUU es el reino de la comida chatarra, y cuando uno va a este país, sabe que es así; punto. Lo que sí no me gustó es que, por un lado, promocionen que en todos los menúes para chicos se incluye algo “saludable” y que, por otro lado, en muchos de los mismos restaurantes, la única opción de menú para chicos sea pizza, hamburguesa o patitas de pollo. Lo “saludable” que incluyen en todos los menúes de chicos son una opción de unas 5 uvas o unos 6 bastoncitos mínimos de zanahoria, que parecen más bien una muestra gratis, y no algo que incite al buen comer. Por otro lado, está el gran tema de las gaseosas. Las cajeras tienen prohibido ofrecer gaseosas como opción de bebidas para los chicos, supuestamente para desalentar su consumo. Pero si se pide una gaseosa para chicos o para grandes, te dan un vaso para servirse uno mismo cuantas veces quiera de una máquina expendedora. La primera vez que fui a Estados Unidos hace muchos años y conocí el tema del “refill” gratis, me pareció espectacular. Ahora lo pienso por segunda vez y es un horror. Algo tan poco saludable como las gaseosas, que, doy fe, provocan acostumbramiento, en un vaso muy grande (¡todo es grande en Estados Unidos!), y con la tentación de llenarlo una y otra vez, incentivados por el calor que hace en Orlando. Como a Josefina no le gustan las gaseosas, siempre le pedíamos agua mineral sin gas. Jose se quejaba porque comparaba su botellita mínima de agua (sin “refill”), con el vasote que le daban a Joaco con Coca o Fanta, que podía repetir. Esto, sumado al vaso gigante de publicidad de Coca Cola en el área cercana a la pileta en el hotel donde nos alojábamos. Todo esto, sumado a ver tantos chicos tan chicos y tan obesos, me dio un poco de pena.

Lo segundo que no me gustó de Disney fue que tengan a Pixar como actores de reparto, con lo genial que es Pixar. En general, y es lógico, Mickey y su troupe son los reyes de Disney, pero creo que sería bueno que haya algunos desayunos o cenas con personajes de las películas de Pixar, como Sullivan, Mike y Cellia de Monsters Inc., que son los preferidos de Marce y Joaco, sobre todo. Quisimos comprarnos tazas con los personajes de Pixar, pero no encontramos nada específico ni siquiera en Hollywood Studios, que es donde Pixar se hace un poco más presente con el desfile de los personajes de Pixar, Block Party Bash, y un par de juegos como Toy Story Mania y Monsters Inc. Laugh Floor. El juego de Narnia, una vergüenza. Ni puedo explicar qué es lo que pretendieron hacer con esta atracción, tal vez solo decir que hay un juego de Narnia en Hollywood Studios. ¡Menos mal que no tuvimos que hacer nada de cola para entrar!

Podemos pensar que como Pixar es lo más nuevo de Disney tal vez demoren un poco más en incorporarlos con mayor protagonismo, ojalá así sea. Algún mal pensado también tomará nota de que puede haber alguna rivalidad, a sabiendas de que son dos estudios diferentes y que tienen culturas muy distintas, aunque sean parte del mismo conglomerado económico.